Opinión: copa menstrual LadyCup

Si hace ya tiempo que me leéis habréis notado que tengo debilidad por todo aquello que lleve en su nombre el prefijo "eco-". Es por eso que siempre me habían llamado la atención las famosas "copas menstruales", aunque sinceramente, sentía un poco de reticencia a probarlas. Sin embargo, hace unas semanas recibí esta copita de LadyCup, y me gustaría contaros mi experiencia con ella.

Nota: quien padezca de menofobia que se abstenga de leer este artículo.

Esta cosa que veis aquí es la famosa copa menstrual

Las compresas y tampones tradicionales están hechos generalmente de rayón o fibra de celulosa blanqueada con cloro y otros productos tóxicos, plásticos no biodegradables, algodón (generalmente lleno de pesticidas) y a veces también perfumes sintéticos y geles absorbentes. Muchos de estos componentes son dañinos para nuestra salud y la del medio ambiente. Según las estadísticas una mujer durante su vida usa una media de 11.000 compresas o tampones que acaban en los vertederos municipales sin ser reciclados. Ahora multiplicadlo por los (aproximadamente) 3.500 millones de mujeres que vivimos en el mundo e imagináos el montón de basura que tendremos dentro de treinta años.

Cuando leí acerca de todos los inconvenientes que conlleva usar productos menstruales tradicionales decidí que no iba a seguir apoyando el negocio de la higiene femenina convencional. Y así fue como en primer lugar descubrí las compresas hechas con materiales ecológicos y biodegradables, que están muy bien para uso ocasional pero que, sinceramente, a largo plazo son una ruina, ya que cuesta 3 o 4 € cada paquete. Visto que aquello iba a acabar con nuestra economía doméstica decidí dar un paso más y me pasé a las compresas de tela. Y claro, de ahí a la copa menstrual sólo hay un paso.

Las compresas de tela están bien, pero son un poco engorrosas cuando estás fuera de casa, en la piscina, etc. En ese tipo de situaciones una copa menstrual es mucho más práctica. Así que decidí que necesitaba una y me puse a buscar opciones. Encontré algunas muy baratas, pero estaban hechas en China con sólo-Dios-sabe-qué-materiales y, sinceramente, no me daban ninguna garantía. Teniendo en cuenta que una copa menstrual dura una media de 10 años no vale la pena comprar una de mala calidad que da más problemas que los que resuelve. E investiga que te investiga di con LadyCup, una empresa checa que las vende online y realiza envíos a toda Europa (porque, sinceramente, me encanta pedir cosas por correo y que me las traigan a casita. Es mucho más cómodo que ir buscándolas por toda la ciudad).

LadyCup fabrica sus copas menstruales en Europa bajo dirección suiza. Están hechas de silicona especial de grado médico. No contienen BPA, ftalatos, plastificantes ni látex, por lo que son hipoalergénicas. En su página web aseguran que sus copas menstruales duran hasta 15 años, lo cual está muy bien para los 27,50 € que cuesta el modelo básico con transporte incluido. Les escribí con algunas preguntas y me respondieron muy rápidamente. El paquete llegó aquí en cuatro días (como veis era bastante discreto):

Y esto es lo que había dentro: una copita precintada en su bolsa de algodón y un par de pegatinas (por desgracia las pegatinas se las comió la Arándana pequeña):

Las copas vienen en dos tamaños, pequeña (S) y grande (L). Es conveniente leerse bien las recomendaciones para elegir la talla. Por lo general la L es para mujeres de más de 25 años o que tengan ya hijos. En caso de duda es mejor pedir la grande (porque si no te viene siempre puedes guardarla para más adelante). 

¡Aunque parezca grande, no lo es!

Aunque a primera vista la LadyCup parece enorme en realidad no lo es tanto, ya que se introduce plegada y al desplegarse debe crear una especie de succión contra las paredes interiores para no caerse. Todo esto suena un poco raro, lo sé, pero en realidad es sencilla de colocar una vez le coges el truco. Retirarla es un poco más difícil, es importante oprimir la parte inferior de la copa con los dedos para romper el vacío antes de sacarla, o en caso contrario puede ser un poco molesto. Lo importante es siempre deshacer la succión y probar varias posiciones hasta encontrar una que nos sea cómoda (¡y persistir hasta que aprendes a hacerlo correctamente!). Dicen que la práctica hace maestros (o maestras, en este caso).

Lo mejor es que basta con vaciarla de dos a cinco veces al día, y que no hay que cambiarla en toda la noche (simplemente la vacías sobre el inodoro y la enjuagas bajo el grifo, y ya está lista para usar de nuevo. Si estás en el trabajo o en un bar también vale con limpiarla con un poco de papel higiénico). Al final del ciclo la hierves unos minutos en un cazo para esterilizarla y la metes en su bolsita de algodón a esperar a que le vuelva a tocar el turno.

En resumen: ¡estoy más que contenta con mi nueva LadyCup! Es una monada, cabe en cualquier sitio y es de lo más discreto que hay. Y además no creo basura de forma innecesaria.

Si os interesa os dejo el link al modelo económico. Tienen también packs más caros, que vienen en varias tallas (para las indecisas) o en colores especiales. Por cierto, aunque la copa me la enviaron como tester LadyCup no me ha pagado por esta reseña. 

¿Qué os parece la copa menstrual? ¿Usáis algún producto higiénico alternativo o estáis pensando en hacerlo? Contad, contad... que me entere de todas vuestras intimidades...