Compresas de tela: tutorial con patrón

Aquí estoy otra vez escribiendo un post "de esos". Probablemente alguna ya enarcó una ceja al ver el artículo sobre la copa menstrual y ahora mismo (si sigue aquí) estará eliminando cualquier rastro de su suscripción a Tres Arándanos porque la Arándana que lo escribe es rara, muy rara, y con la excusa de la ecología doméstica está cruzando la fina línea entre la modernidad y el decoro. Sé que algunas compañeras ya las usan y están encantadas con ellas (¡hola, Quinoa & Wakame!), así que para todas las demás que aún estáis pensándooslo os dejo hoy un DIY que es más fácil de lo que parece, de resultado bonito y que sobre todo os va a ahorrar un montón de dinero además de evitar que nuestros bisnietos vivan en un charco lleno de tampones de celulosa usados (puaj). Se trata de un tutorial para hacer compresas de tela lavables. Otro día ya os cuento cómo usarlas y otros detalles técnicos.

Compresas reutilizables: material necesario

• Tela de algodón de colores vivos para el exterior de las compresas,
• Botones o corchetes para el cierre,
• Tela impermeable de PUL (poliuretano laminado), preguntad en cualquier tienda de tejidos (no uséis PVC, que es tóxico). La mía tiene microporos para evitar que pasen los líquidos sin eliminar la transpiración,
• Rizo de algodón para el relleno, o algún otro tejido natural absorbente (franela, aldogón grueso, etc). ¡Si no lo encuentras, basta con reciclar una toalla vieja!
• El patrón, que lo podéis dibujar a vuestro gusto tomando como muestra alguna compresa desechable o bien descargar el mío aquí.

Cómo hacer compresas de tela:

1. Doblamos por la mitad la tela de colores, con el derecho hacia adentro. Marcamos la forma del patrón sobre el reverso.

2. Cortamos las capas de absorbente y la capa impermeable. Yo para una compresa uso una capa de PUL impermeable y cuatro de franela o de rizo finito. En la imagen podéis ver el rizo (rosa), franela (blanca) y poliuretano (azul oscuro).

3. Unimos las capas interiores a uno de los lados de la compresa por el reverso. El PUL debe quedar debajo, de modo que al llevarlas quede lo más alejado posible del cuerpo (para mayor comodidad).

4. Cosemos ambas caras exteriores por el revés, dejando un espacio abierto para poder darle la vuelta.

5. Le damos la vuelta a la compresa con cuidado y pespunteamos los bordes para cerrarla del todo.

6. Colocamos los corchetes en las alas. Si no tienes corchetes puedes coser un pequeño botón y hacer un ojal en el otro lado, aunque es más trabajoso (de coser y de usar).

7. ¡Ya está! Compresas de algodón terminadas:

Así de monas quedan si las plegamos para llevarlas en el bolso.

NOTA: Muchas me habéis preguntado dónde comprar los corchetes y la herramienta para colocarlos. He encontrado unos muy parecidos a los míos en Amazon, podéis verlos en el link de abajo:
 
Actualización 2019: desde que escribí este post, que es uno de los más leídos del blog, he probado varias compresas de tela compradas. Hace unos meses escribí un artículo sobre unas que he probado y me han gustado. Las fabrican en Eslovenia en la Unión Europea, son muy finas y duran mucho. Así que si no tienes ganas de coser te recomiendo que leas mi post sobre compresas lavables compradas o que consultes el producto en el link de abajo. 

 ¿Qué os parece? ¿Os atreveríais a probarlas, o es demasiado friki para vosotras?