Decorando cestas para una boda (reciclaje DIY)

Por aquí ya huele a verano. Y el buen tiempo, como siempre, significa la llegada de la temporada alta de bodas, al menos entre mis coetáneos. Y a mí me encantan las bodas... o mejor dicho, los preparativos, la decoración y la personalización, que son lo que diferencian un bodorrio de una celebración entrañable. Hoy me gustaría mostraros cómo decoramos unas cestas viejas para darles una nueva vida y convertirlas en las famosas cestas del arroz.

Recibimos un par de ellas de unos amigos y la otra llevaba veinte años acumulando polvo en el chalet de mis padres.
Este era su aspecto inicial, y creedme cuando os digo que en vivo y en directo eran aún peores:

Estábamos de vacaciones y no teníamos nada de nada a mano, aparte de las cestas y los retales que tenía mi madre por la casa. La novia había dicho que debíamos usar los colores blanco y morado, y por suerte mi madre compró un montón de tul violeta en cuanto se enteró.

Lo primero fue, claro está, limpiarlas bien y quitarles esos horribles faldones de lunares (perdón si los dueños originales me están leyendo...):

A continuación cosimos cintas con unos retales de seda sintética (no teníamos ni cintas). Fue un montón de trabajo que podríamos habernos ahorrado comprándolas, pero la tienda más cercana estaba a varios kilómetros y sólo vendía pan y botellas de butano, y además nos sirvió para aprovechar lo que ya teníamos.

Con el resto de la tela cosimos círculos y les dimos la vuelta para formar flores decorativas.

 

Después añadimos cintas y lazos a las flores.Y con todo esto decoramos las cestas del arroz:

Y éste es el resultado final, una vez llenas de saquitos de arroz:

Paisaje campestre con romero y granados de fondo...

Podrían haber sido reutilizadas para llevar los regalitos para los invitados, aunque al final no lo hicieron. La ceremonia fue, en cualquier caso, un éxito rotundo. Totalmente distinta de la sencilla boda al aire libre que os mostré en un post anterior, pero preciosa de todos modos. 

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