Mi experiencia tras un año y medio sin usar champú

Un año y medio, y parece mentira cómo pasa el tiempo. Dieciocho meses desde que dejé de comprar champú y me pasé al bando del "no poo" (como lo llaman más allá de nuestras fronteras). Hasta entonces había estado usando champús ecológicos con ingredientes naturales, pero decidí hacer el experimento de todos modos (¿para qué comprar un producto -bastante caro por cierto- si puedo vivir perfectamente sin él?).

Todo aquello os lo expliqué en un post anterior titulado "Lavarse el pelo sin champú" y hoy he vuelto para escribir el epílogo.


Como os contaba, mi primer experimento fue lavarme el pelo sólo con agua. Quizás fue una decisión un poco extrema, ya que me pasé unas cuantas semanas con un pelazo que ni Katniss Everdeen en el último día de Los Juegos del Hambre*. Además da muchísimo trabajo, ya que hay que cepillar el pelo un buen rato por la mañana y por la noche.

Mirando atrás, creo que habría sido mejor saltarme este punto y pasar directamente al bicarbonato. Lavándose el pelo con bicarbonato dudo que haya que sufrir el periodo de adaptación, ya que elimina la grasa de las raíces y deja el pelo igual que el champú, sin el engorro de tener que cepillar y cepillar. Además el bicarbonato es baratísimo, un kilo sale por unos 6€ y a mí me dura más de un año.

Por otra parte, si alguna vez he estado fuera de casa y lo único que había a mano era champú corriente y moliente lo he usado sin más problemas (eso sí, habrá sido como dos veces al año). Si te lavas exclusivamente con agua no puedes permitirte usar champú nunca, porque el cuero cabelludo se desequilibra y... vuelta a empezar. Así que, otro tanto más para el bicarbonato.

Mi mayor preocupación era si el bicarbonato me estropearía el pelo o me lo dejaría más seco de lo normal. Pero puedo confirmar que no ha sido así, y que ahora ya prácticamente no se me abren las puntas y el cabello está menos estropajoso.

Aquí mis pelillos nada más pasar por el autolavado. 

Otra cosa que cambié al mismo tiempo, y que recomiendo a cualquiera que se embarque en este viaje, fue mi secador y los cepillos que usaba. A mí me han ido de maravilla los de tipo iónico, en concreto:

"Armas" de mujer Arándana

1) Un cepillo con cerdas ionizadas (convencional, no eléctrico), para peinarse a diario, como por ejemplo éste de aquí.
2) Y un secador con función iónica (sólo en invierno, en verano prefiero secarme el pelo al aire). Siento deciros que hasta yo, que soy ecohippy, no he podido prescindir del secador durante los meses fríos. Ahora tengo uno llamado Rowenta Infini Pro, más que nada porque el anterior se estropeó y éste era uno de los pocos que tenían en la tienda más cercana (a la que llegué con el pelo chorreando debajo de un gorro de lana, en febrero). Lo elegí sin leer opiniones ni comparar precios, pero estoy muy contenta con él.

Otra cosa que ayuda a mantener el pelo más suave es usar vinagre de manzana mezclado con agua tibia (50 / 50) con el agua del último aclarado. Sirve para sustituir el suavizante y una vez seco no se huele en absoluto. Si te molesta el olor puedes aclararte el pelo una vez más.

CONCLUSIÓN:

¡Soy feliz sin champú y vivo perfectamente sin él! Te recomiendo que pruebes un día con el bicarbonato, no pierdes nada. Menos productos químicos en tu cabeza y en nuestros mares, menos trastos en tu cuarto de baño y más dinero para otras cosas más importantes.

¿Qué te parece? ¿Te apuntas a probar a lavarte el pelo sin champú?

*Me encantaron esos libros, y que conste que los leí un par de años antes de que la película existiera, ¿eh?